Para romper el hielo, debes presentarte de una manera juvenil, desenfadada. Puedes preguntar de manera educada el nombre de la persona, o contarle o preguntarle aquello que te ha animado a iniciar la conversación. Lo mejor es optar por comentarios que estén relacionados con el entorno en el que estén. Sin embargo, lo importante no es qué digas, sino cómo lo digas. Si necesitas algunas ideas de preguntas o frases para continuar entablando la conversación, tenemos un post que puede ayudarte.